De las máscaras o de su pérdida

Esta tarde mientras esperaba me senté en una piedra a la sombra de un árbol, a la orilla de un campo abierto donde ayer pastaba un rebaño de ovejas. Hoy no quedaba más que el olor de los animales y unas pocas flores, las que no se comieron, suficiente para tenerme entretenida un rato antes de llegar a sentir la dureza de la roca bajo mi cuerpo. ¿Por qué había elegido semejante asiento teniendo tanta suavidad de tierra y césped alrededor? Hace unos años mi elección hubiera sido otra, sin dudas. Hace unos años una amiga criticaba entre risas mi adicción a sentarme en el suelo. Hace unos años un amigo se acercó adonde estaba sentada, en la tierra -en otra tierra- bajo la sombra de un -otro- árbol, para decirme que cuando me quedaba sola un rato se podía leer una profunda tristeza en mi rostro. "No hay más que dejar sólo a alguien durante un tiempo, por breve que sea, para que aflore lo que no quiere mostrar al mundo, lo que no quiere mostrar tal vez ni a sí mismo" -me dijo, y esta tarde mientras lo recordaba agradecí no tener a mano nada en lo que verme reflejada.



Licencia de Creative Commons

Comentarios

  1. Sabes hace mucho me dijeron lo mismo que tenia una mirada triste, y creo que se trata de un breve lapsus en el que sin saberlo nos atrevemos a mirar la naturaleza al cielo y ver lo grandioso que es todo, no se trata de tristeza si no de un sentimiento superior

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Interesante interpretación, Christian. También puede ser que la naturaleza nos ponga en contacto con nosotros mismos de una manera... diferente.

      Eliminar
  2. Creo que tenía razón ese amigo... a veces cuando uno esta solo nos interiorizamos y vemos la paz que llevamos, o no. Saludos, me gusta ese escena, suena muy relajante y hasta a veces diría que necesaria.

    ResponderEliminar
  3. Me inclino a pensar que la soledad ayuda a que reposen las emociones (sean cuales tengan que ser), no necesariamente es signo de que aflore lo que no queremos mostrar al mundo. Saludos, Elena.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares