Perspectiva.

¡Cuan cierto es que solo el cambio existe! 
-Murasaki Shikibu

Puedo aventurar que tengo un karma nada agradable relacionado con la lavanderia. No se que habre hecho en otra vida para merecerlo. Quizas fui una despota señora que fustigaba ferozmente a las lavanderas por placer. No se. Las causas no me quedan claras, el resultado si: he pasado años cargando mi ropa sucia de un lado a otro. No hay cosa que odie mas que esa. ¡Cuanto no diera yo por una lavadora dentro de casa! 
Sin embargo, las experiencias mas interesantes suelen ser caprichosas y ocurren cuando y donde menos lo esperamos. Hoy he tenido una de esas precisamente en la lavanderia.
Para hacer mas llevadera la larga hora y media que tarda mi ropa por lo general en cumplir su ciclo de lavado y secado, cargo siempre con un libro. Y ahi estaba yo, inmersa en las aventuras de Genji, pendiente de los vaivenes de su enamoradizo espiritu, cuando de pronto el agudo pitido de una de las lavadoras del local me trajo de vuelta al mundo real. Levante la vista de mi libro y... ¿que me encuentro? Pues un muchachito de unos 13 o 14 años, pleno de la delgadez caracteristica en aquellos que acaban de pegar el estiron. No hubiera sido nada extraordinario de no haber sido porque el muchacho me estaba observando. El pobrecillo, sorprendido in fraganti, bajo los ojos con cierta timidez y se dio la vuelta -'para ocultar el rubor de sus mejillas', agregaria aqui Lady Murasaki.
Yo me quede inmovil. La reaccion de un adolescente hace mucho que dejo de afectarme, pero mi cerebro recorrio en un santiamen todo mi cuerpo. Analice detalle por detalle la posicion que habia adoptado alli sentada con el libro sobre mis piernas, la espalda un poco encorvada y el cabello cayendome casi sobre los ojos. Me pregunte que habia visto ese muchacho. Intente observarme desde fuera, lanzar mi espiritu un par de metros lejos de mi cuerpo y verme como a un ser ajeno. 
Se, por supuesto, lo que llevo dentro, y tambien lo que llevo fuera. Mi curiosidad era mas bien por ver lo que estaban viendo aquellos ojos extraños cargados de experiencias tan diferentes de las mias. No pude saberlo. Me hubiera gustado, por un momento, ser el y mirarme como el me estaba mirando, protegido tras el muro de mi abstraccion. 
¿Que le diria mi imagen? 
¿Transmitiria algo? ¿Que? 
¿Me habria gustado lo que veia? 
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Una mujer de setenta años mira hacia atras y se pregunta en que ha empleado su vida. El mundo en que vivio ya no existe. Flota dia tras dia en este otro mundo apenas conocido, temiendo enlodarse entre las criticas de los que hablan sin saber... ¡y de esos hay tantos! 
¿Que sera lo que vea yo cuando me toque mirar hacia atras de esa manera?

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Curioso mundo este con tantas miradas.





PD. Y llego el segundo concursante!!!! Diana nos comparte una lista sencillamente envidiable. Busquenla en el link que he puesto casi al inicio de la columna izquierda de este blog. 

Comentarios

  1. Bueno a lo mejor le gustaban MAduritas y recorde esa ese de la pelicual The Graduate, digo cuando salgo a patinar ahy una chica entrada en anios que me gsuta observar cuando ella anda en bici

    Para los gustos se hicieron los colores no?, va pues, cuidate pelusa, tendras que contarnos luego que paso con el el niniato?

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  2. Acido! Oyeeee! Maduritas??? A que edad se es Madurita??? Yo tengo 33.
    Ya caigo dentro de las Maduritas?

    o_0

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  3. tal vez querría decirte que le explicaras como funcionaba la lavadora jeje



    Besos.

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  4. Bueno para el si no manches era un lolito!!! yo recuerdo que a esa edad ya me gustaban de 20 y 30

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  5. Nop, Malque, el no estaba lavando, solo acompañaba a su hermana.
    Besos

    Acido: Bueno! Tienes razon! A esa edad, los de 30 me parecian taaaan mayores! Es simpatico!
    Saludos!

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