Creando un sueño

Bueno, pues ultimamente me he dedicado mas a poner imagenes y videos aqui que a escribir, y es que el tiempo no me ha sobrado precisamente... Sobre todo cuando los jefes están mas exigentes que nunca. Y tambien he estado un poco "down" porque se marcharon mis amigos argentinos, a quienes llegué a querer mucho, y a quienes no sé cuándo volveré a ver. En fin, por muchas cosas no he escrito todo lo que he querido.

Ahora les cuento que ayer, por fin, mi esposo terminó y entregó su tesis. Los últimos días fueron de locura, de pocas horas de sueño, de mucha tensión, y, también, de mucha creación.

A esta amiga argentina, Silvia, le debo el haber reencontrado mi viejo gusto por las manualidades. Digo, no es que las hubiera olvidado, no. De hecho, siempre me mantuve tejiendo y bordando bastante, pero con Silvia aprendí que de casi cualquier cosa se pueden crear maravillas. No hacen falta alas para hacer un sueño...

Lo cierto es que he estado "decorando" mi pequeño depa. Y lo digo entre comillas porque no es para nada lo que se conoce como una decoración tradicional.

Mi esposo está pintando mucho, y un buen día tome sus cuadros y postales, y con unas cartulinas de colores le hice los marcos. Por otra parte, estuve haciendo también unos adornos en papier maché para colgar de las paredes, y unas lámparas de papel de china cubiertas con unas placas delgadas de plástico transparente autoadhesibles, que en Cuba llaman "acetatos", y aqui en México llaman "micas". Las lámparas son para velas, unas velas pequeñitas que vienen dentro de latoncitos y que aqui son super baratas.

A una de estas lámparas le pinté tulipanes, todo un campo de ellos, y otra la pintó mi esposo, con su estilo muy propio, un poco abstracto, y sobrevolando el motivo central, dibujó unos angelitos muy simples y preciosos. Inspirándome en esto, y como si se hubiera escapado de la lámpara, confeccioné en papier maché un angelito llevando su propia lámpara. La idea me gustó mucho.

Como no he conseguido el dinero para comprar tela y hacer una cortina que cubra el lugar de los trastes de la cocina, terminé haciéndola de aros de papel prendidos de largos hilos. No se puede decir que realmente "cubra", y que lo que está detrás "no se ve", pero quedó muy lindo, y la última vez que estuvo la bella Agustina en la casa jugó hasta el cansancio soplando los aros y riendo con su movimiento. Ese ya es un buen premio.

Ahora estoy forrando una caja con papel y pegamento, estilo papier maché, con sus propios niveles dentro y hasta sus puertas, para colocar en ella los implementos del té, el café y el mate que solemos tomar con mucho gusto y que tanto nos ayudan en esas largas horas de estudio nocturno. Pero quiero que sea mi esposo quien la decore. Es un regalo que se merece por su larguísima relación con estas infusiones.

Y en eso estamos... Creando, ahora si que "a manos llenas"!

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