Mas sorpresas de fin de semana

El domingo, o sea, ayer, descansamos un buen rato para saldar deudas con la almohada y reponer fuerzas para la practica de aikido que comenzaria a la 1.30 pm. Y esa fue tambien una muy buena experiencia. Les cuento...
Cuando llegamos al lugar de la practica, que ahora es uno nuevo (mucho mejor que el antiguo, caluroso y encerrado lugar en el que practicábamos) sentimos música, cosa insólita en un dojo que se respete de artes marciales. Pero escuchando mejor, nos dimos cuenta de que la musica salia, no del lugar de practica como tal, sino del segundo piso. Y hacia alli fuimos, guiados, como en los dibujos animados, por el camino que el sonido nos mostraba.
Resulto que el profesor que nos presta el lugar para las practicas, un japones muuuy amable (como casi todos los japoneses), estaba, nada más y nada menos que... TOCANDO EL PIANO!!!
Déjenme aclarar que este profesor es un señor de unos 50 años, muy respetable, y un famosisimo profesor de artes marciales en Mexico, donde vive hace ya muchos años. Por lo tanto, para mi, simple occidental, ver aquello me sorprendio mucho. Iba contra todas mis ideas preconcebidas de lo que debe ser un profesor de su nivel.
El maestro, para nada sorprendido, nos explico que estaba en el medio de su practica, y, para deleite nuestro, mientras nos cambiabamos de ropa, nos ofrecio un mini concierto de música clásica occidental... Encantador!!
En realidad, la semana anterior, ya habia visto una pequeña parte de su sensibilidad aflorar cuando me mostraba sus plantas, que el mismo habia cultivado - decia con orgullo -, y me contaba como había sembrado cada una, y como las nutria y atendia...
Pero ni esto, ni todo lo que he leido sobre la cultura nipona, con su ambiguedad caracteristica que convierte los opuestos en complementos, como la practica de artes marciales en comparacion con otras artes, como la caligrafia, la musica, el arreglo floral, la pintura... y tantas otras que suelen ir casi siempre de la mano, me prepararon para ver al maestro tocando tan tranquilamente el piano.
Al final de la practica, el maestro se nos acerco para mostrarnos un libro de fotos de hanabi, o sea, fuegos artificiales. Una muestra mas de su sensibilidad, y de lo bien impresionado que se quedo ante nuestra sincera emocion al verle.
Fue una muy linda experiencia que me confirma la impredecibilidad de los japoneses, y de su fascinante cultura.
Algun dia escribire sobre nuestro maestro japones, al que tuvve la suerte de conocer en el 2004, y que tambien es un hombre impresionante.

Comentarios

Entradas populares